Acabo de regresar de un viaje extraordinario. Un viaje del que vuelvo feliz y agradecida, en ese estado confuso y excitante, del que se aventura en otro idioma, queriendo retener la magia, la gratificacion, la llave de regreso al plano conocido, a la amistad del eco intimo.
A redoma de vidrio (The Bell Jar) cumple con excelencia la mision fusiva, el entendimiento vital que enlaza los acentos para descontinuarlos en una sola voz. El contenido, la elocuencia, la introversion de esta novela extraordinaria (lo unico que escribio Sylvia Plath en este genero), no pierde nada en el traslado, sino que enciende un nuevo fuego a la replica audaz de cuanto quiso y logro expresar la autora.
Llevada al portugues, (una de las mas dulces lenguas de nuestro continente) por el talento de Beatriz Orta, A redoma de vidrio, cautiva y enardece con el mismo influyente magnetismo del original. Solo cambian las palabras, solo cambia el idioma.
Un idioma que nos sedujo desde que comenzamos a leerlo en sus poetas mayores: Joao Cabral de Melo, con su fuerte lirismo; la ilimitada transparencia de Eugenio de Andrade, el anecdotario pausado y elocuente de Jose Saramago, el don cumplido de Miguel Torga. Lo que aprendimos a entresacar de esas ranuras portuguesas, ahora nos beneficia para el descubrimiento de otra expresada Plath, en una lengua donde vierte su gran estirpe de heroina, sus intensas y devastadoras confesiones, su altivo gran dolor de genio.
A Orta debemos esta inquietante traduccion, que publica Editora Recor, de Brasil (1999). Esto confirma el interes que despierta la obra de la poetisa norteamericana. Su aparicion al portugues nos indica el alcance de su voz inimitable. Creemos, con los criticos que la definen, que su actualidad descansa en la hermosura de su lenguaje, su recado de frente, desarropado. El idioma con que reviste cada idea.
Considerada la mas relevante figura poetica del siglo XX, ninguno de sus contemporaneos iguala o asemeja su directa y enigmatica escritura. Ninguno de los poetas anteriores o posteriores a su creacion, han logrado la permanencia de esa modernidad, esa vanguardia en los subtitulos de cada mensaje, esa arbitrariedad de tan intemporal referencia.
Durante anos, su poesia fue mezclada a la tragedia de su muerte, ocurrida en plena juventud y pleno exito. Sin auxilio de nadie, la busco, introduciendo su cabeza en la estufa de gas de su cocina. El suicido conmovio el mundo intelectual de Gran Bretana y Estados Unidos.
Ted Hughes, el famoso poeta britanico, esposo de la poetisa, guardo silencio sobre el hecho, levantando sospechas, criticas y censuras, que no intento disipar. Hasta hace poco mas de un ano, cuando sorprendio al mundo de los censos y los indices, con un volumen desafiante, esclarecedor y doloroso, The Journeys of Sylvia Plath. Con la publicacion de los Diarios, desaparece el viejo enigma y asoma "... el rostro de cal que no vera jamas".
La trama donde se ve de cerca el fondo negro de las pesadillas, los ultimos tiempos descritos por la autora, su momento final que cabeceaba, a punto de abatirse el genio. Aquel delirio que no enunciaba una palabra, "su voz nina, acida, encantadora, graciosamente fria, hasta volverse un estridente aranazo de vampiro. Una Dido, una Medea" (Robert Lowell). En la totalidad de su obra, la mayor parte reeditada despues de su muerte, hay tal vitalidad, que en ninguno de ellos se sospecha la sombra fiel, la sombra indetectable de la suicida.
Como entonces es vencida con tan pequena edad, por el tumulto de su grandeza intima? "En febrero 11, en la manana fria de un Londres gris, despues del desayuno con los ninos, se decidio a morir", dice Hal Hager, su biografo.
Treinta anos despues, su ex eterno viudo ventila sus cuentas con la historia y aclara el hecho atroz. The Journeys of Sylvia Plath, no es solo el comprobante de un drama existencial, sino la vida cruda de una mujer compleja, brillante y paradojica, es tambien aquellos lazos de amor y sufrimiento del hombre que la quiso y admiro, desafiando sin saber como, la amenazante doble vida, donde vivia con la muerte. Entre ellos, la otra, la victoriosa demandante, la suicida. Un Via Crucis de pasiones, celos y belleza, que no paso de ser un caos, un tunel sin salida. Ariel, aclamado, como el libro del siglo en poesia, aparece enmarcado en los Diarios. Su tremenda y absurda desnudez, la locura entre lineas. La otra verdad al descubierto.
Unido a los clasicos de la lengua, anda lo mismo en las estanterias populares, que en el fervor de los estudiantes de literatura, o en los sotanos de librerias, entre bibliotecarios y curiosos, "el morbo no descansa" --confeso Hughes antes de morir.
The Colossus (1960), Ariel (1965, editado por Ted Hughes), Crossing the Water (1971), Winter Trees (1971), The Bell Jar (1971) y The Collected Poems (1981) que obtuvo el prestigioso premio Pulitzer de Poesia (1981), arman la estatura, de esta genuina creadora. Una filosofia, una escuela en rescate, germinando, renombrandose aun; una epoca, una brutal demencia confinando al genio, las salas y el grito de vida, hasta cerrar el gran capitulo del cuerpo y el espiritu, por ella misma, por decision airada, menguada, rencorosa, de no gustarle el sitio del ser, "pasa una vida/mi vida, esta pasando".
Sin embargo, no es otra, sino la misma, la gran artista del lenguaje, la que anuncia a la madre "escribo los poemas mejores de mi vida, conozco su grandeza. Ellos afianzaran mi nombre". Asi ha ocurrido.
Ariel, la obra maestra de Plath, acaba de ser incluida en la coleccion First Perennial Classic, una division especializada de Harper Collins Publisher, confirmandose la asombrosa actualidad de su obra, su indiscutible alcance. No es menos asombrosa la noticia que nos llega, sin confirmar aun, sin muchos detalles, pero de buena fuente: en Espana han comenzado la traduccion de las obras completas de Plath.
Refresco la anecdota del poeta frances Paul Valery al conocer la traduccion de El cementerio marino "me adoro en espanol, me adoro". La autora de tan grandes y luminicas facetas, no podra conocer el extasis que experimento Valery, pero si aquellos que seguiran su viaje en el idioma de Cervantes; si los jovenes estudiantes de literatura, las librerias en los sotanos, el pueblo lector que ira amistandose a sus rafagas, su genio intacto.
Article copyright El Nuevo Herald.